martes, 22 de diciembre de 2009

SI NO ESTÁ ROTO NO LO ARREGLES



Los varones, como dicen algunos libros que estudian el comportamiento de los sexos opuestos, tenemos la manía de quererlo arreglar todo.

El problema es que muchas veces queremos arreglar cosas que funcionan perfectamente y no necesitan de ningún arreglo. Pero se nos ocurre que deberían funcionar diferente, hasta que terminamos rompiéndolas.

Esto fue precisamente lo que me pasó con la tapa de un plato plástico hondo que tengo. Traté de arreglarlo para que funcionara mejor, pero quedó peor que al principio. Al ver lo que estaba haciendo, un hombre mayor que se encontraba ahí, me dijo: “Si no está roto, no lo arregles”.

El sabio dicho me causó mucha gracia y hasta hoy lo guardo conmigo.

¿Eres tú uno de los que siempre está encontrando contradicciones en la Palabra de Dios? ¿Tienes La costumbre de pasar por alto algunos versículos bíblicos, pero actúas con otros como si fueran los únicos que hay en la Biblia?

¿Eres uno de los que se esmera por cambiar los puntos doctrinales que la iglesia ha recibido por inspiración divina? La Palabra de Dios es perfecta y no necesita arreglo. Es más, hay una maldición para los que interfieran con ella.

La doctrina de la iglesia de Dios es sana, aunque quizá a veces se han cometido errores en la aplicación de la misma.

Como dijo el amado Obispo: “No tuerzas mi camino”, tengo un consejo para todos los que sufren de los problemas antes mencionados, “Si no está roto, no lo arregles”.

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