martes, 22 de diciembre de 2009

EL PROBLEMA DE LOS ATENIENSES


En uno de los muchos viajes misioneros que realizó el Apóstol Pablo, pasó por la ciudad de Atenas predicando el evangelio.

La Palabra de Dios nos dice que los que vivían en esa ciudad, se pasaban el tiempo tratando de oír o decir algo nuevo. Yo creo que el problema de los atenienses era peor que el ocio, ya que peor que pasar los días sin hacer nada, es pasar los días haciendo cosas que no edifican ni producen nada.

La Palabra de Dios nos dice que los atenienses se pasaban el día haciendo o descubriendo cosas nuevas. Ellos se pasaban el día en el chisme popular del momento.

¿Estaremos muchos de nosotros sufriendo el problema de los atenienses?

Estamos viviendo en un mundo muy cambiante, el cual todos los días se renueva y transforma. Cada día hay más tecnología y más avances, junto con más medios para comunicarnos y entretenernos.

Cada año se multiplican los autores y los libros, tanto cristianos como seculares. Nos encontramos en un mundo muy parecido al de los atenienses, donde todos están preocupados en conocer o enseñar algo nuevo.

La prueba la puedes encontrar en el periódico de la mañana o en los programas radiales, tanto cristianos como seculares.

Lo que debemos preguntarnos es ¿Cuál es el objetivo de las nuevas cosas que aprendemos? ¿Serán simplemente cosas para saciar nuestra eterna curiosidad o queremos producir algo de ellos?

No hay nada malo con entretenernos, pero debemos darle prioridad a las cosas espirituales y prepararnos ¿Para qué? Para la segunda venida de nuestro Señor Jesús.

“Deja que Dios le añada sentido a tu diario vivir”.

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