martes, 22 de diciembre de 2009

¿POR QUÉ SUFRIMOS?



Muchas veces cuando nos encontramos pasando por pruebas difíciles, pensamos: ¿Por qué estará Dios permitiendo esto en mi vida?

La verdad que esta pregunta, sólo Dios la puede responder. Muchas son las razones que encontramos en las Sagradas Escrituras, por las que los hombres de Dios pasaron por pruebas enormes.

Algunas veces fue por amor y devoción a Dios, como Daniel. Otras, por malas decisiones, como Lot, o para preparación de una gran tarea, como José y Moisés. Pero la causa para el sufrimiento que más me llama la atención y me conmueve es la de Jesús.

El único Hijo de Dios, quien padeció como hombre, lo que nosotros padecemos y fue tentado como nosotros somos tentados, para poder identificarse con nosotros y para que nosotros nos pudiéramos identificar con Él. Para que supiéramos que aunque la prueba sea dura y parezca eterna, hay una gloriosa luz de victoria, al final del negro túnel.

¿Por qué sufrimos? Repito, sólo Dios puede respondernos y puede que la respuesta sea tan compleja que no la entenderíamos. Pero una cosa podemos entender. Así como Jesús cruzó el turbulento río de la prueba para desde el otro lado victorioso, animarnos y darnos la mano, de la misma forma y siguiendo su ejemplo, debemos también nosotros procurar la victoria confiados plenamente en Él, para desde la otra orilla animar a nuestros hermanos que vienen sufriendo tras nosotros y decirles mientras les damos la mano. “Si yo pude, tú puedes”.

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