martes, 22 de diciembre de 2009

EJERCICIO ESPIRITUAL


Vivimos en una época en la que el cuidado del cuerpo y el ejercicio físico es algo muy común, incluyo algunos se han atrevido a llamar a esta la era de la salud. El ejercicio es una actividad agradable que nos libera del estrés y nos mantiene fuertes y saludables. Pero si el ejercicio corporal es bueno para el cuerpo, mucho mayor es el ejercicio espiritual para el alma, ya que el cuerpo muere, mas el alma es eterna.

El ejercicio corporal es muy bueno para el físico, pero es algo que no debe tener el lugar más importante para el hombre espiritual, porque los músculos de este cuerpo son pasajeros, pero los músculos espirituales son los que nos ayudan a arrebatar el reino de los cielos.

Como todo atleta en una competencia física, necesita músculos fuertes para obtener la victoria, así nosotros necesitamos fortaleza espiritual para obtener el premio de la vida eterna.

Una de las cosas que no podemos olvidar es que la fuente de nuestra fortaleza es Jesús y que sin Él nada podemos hacer. Por lo tanto, es necesario que nos mantengamos en constante comunión con nuestro Señor Jesús.

Para mantenernos firmes en Él, como el hombre sabio que edificó su casa sobre la roca, debemos poner por obra sus palabras y ¿cómo poner por obra palabras que no hemos oído ni leído? Por eso es que es muy importante el dedicarle a diario al Señor unos momentos de devoción para leer su Palabra y hablar con Él.

Otro ejercicio espiritual que nos hace mucha falta es el ayuno, el que nos ayuda a desarrollar la fortaleza espiritual para someter a la carne y negarnos a nosotros mismos todas aquellas cosas que no convienen a un hijo de Dios.

Ejercitémonos en el ayuno y la oración constantemente.

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