martes, 22 de diciembre de 2009

PALABRAS


Alguien dijo: “Una palabra no dice nada y al mismo tiempo lo dice todo” ¿Por qué será que en una situación específica, una palabra que nunca ha tenido mucho sentido para nosotros se convierta en una revelación?

El dilema consiste en que la palabra es simplemente un vehículo que transporta una idea. Muchas veces pensamos que lo importante es la palabra que usamos, pero en realidad lo que importa, es la idea que estamos transportando.

Si una mujer le dice sarcásticamente a su esposo: “¿Quieres seguir hablando?” Pero en realidad le está diciendo: “¡Por qué no te callas! Las palabras no van a cumplir su significado estándar, sino que van a llevar el espíritu de lo que la mujer tiene en su corazón. Lo mismo pasa cuando una persona usa una palabra “buena” en vez de una “mala” para ofender a otra persona. Lo que tiene peso es el espíritu no la letra.

Varios libros de literatura inglesa definen a un buen escritor, como uno que puede decir mucho con pocas palabras, no uno que usa muchas palabras para decir poco. Claro que todo depende de gusto, pero para mí es increíble como hay personas que pueden hablar por horas sin decir nada.

O como algunos hombres de este mundo pueden esconder, entre un ejército de dichos populares y de exaltación a los oyentes un ideal imposible motivado por la ganancia personal.

Pero más que esto me impresiona un humilde Carpintero que con palabras sencillas trajo el mensaje más profundo que la humanidad ha oído jamás.

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