martes, 22 de diciembre de 2009

EL AMOR AL EXTRAÑO


En este mes que el mundo celebra el amor y la amistad, es agradable recordar a los que nos aman y están ahí para nosotros cuando los necesitamos: nuestros padres, hermanos, esposas, novias, amigos y la Iglesia. Pero algo que rara vez nos pasa por la mente es el amor a los extraños.

La Biblia dice que hay gran bendición para aquellos que son hospitalarios, pero ¿cuál es la definición de esta palabra?

Hospitalario es la traducción de la palabra compuesta, griega: “filo-xenos”. “Filo” significa querer o amar y “xenos”, extraño, extranjero.

Desde Génesis hasta Apocalipsis es importante para Dios que sus hijos amen y den refugio al extraño. Tan importante que en el cuarto mandamiento de la Ley Moral Dios incluye al extranjero, suponiendo que el hogar de sus hijos habría lugar para el extraño.

¿Quiénes son los extranjeros o extraños? No son solamente nuestros hermanos en Cristo que vienen de otros países. Son también aquellos hombres extraños a nuestra fe y a nuestras costumbres. Amar a estos no es trabajo fácil. Es humanamente casi imposible, pero todo lo podemos en Cristo ya que no hay imposibles para Dios.

Cuando nos veamos enfrentados a ésta difícil tarea, recordemos siempre que Dios nos amó cuando éramos extraños a Él, a sus mandamientos y a su reino; que cuando éramos sus enemigos murió en una cruz por nosotros.

Ama a tu prójimo (próximo) aunque para ti sea un extraño.

No hay comentarios: