miércoles, 19 de marzo de 2008

A MI PADRE EN SU CUMPLEAÑOS

Gracias por darme a un padre responsable que me enseñó a temer a Dios, aunque no quise aprender, porque el recuerdo de su vida y de su consagración es mi guía en el camino, cuando no sé qué hacer.

Gracias por todos esos hombres que me dieron su consejo sabio aunque no los escuché, porque el eco de sus voces aún resuena en mi memoria, y hoy puedo poner por obra las palabras que ayer desprecié.

Gracias por darme una Iglesia Santa, limpia, sin mancha, sin mentira, porque aunque me encuentro lejos, por mi rebeldía, vivo añorando regresar a ella. Me regalaste su sana doctrina y su hermosa disciplina que disipan la neblina y me conducen al hogar.

Gracias por darme a Ti mismo, mientras yo vivía en mi egoísmo, porque sabías que un día cuando lo perdiera todo, y me encontrase en medio del mismo abismo, me darías paz y abrigo y sólo por verme volver contigo, moriste en mi lugar.

A MI HERMANO

Deja de preocuparte tanto por las cosas que no son tan importantes. Pasa más tiempo con tu familia, aplica tu corazón a la Palabra de Dios, tus dudas se disiparán y luz llenará tu camino.

No dejes que nadie te haga sentir indigno, sólo Jesús tiene el derecho de hacer eso, pero Él elije no hacerlo. La vida es como un vapor, un momento estamos aquí, al siguiente no estamos, así que trata de vivir tu vida plenamente todos los días.

No tengas miedo de estar equivocado, ni seas muy orgulloso para ser corregido. No cargues más de lo que puedas llevar, no prometas lo que no puedas cumplir. Si presientes al maligno, corre, pero si el mal llega hasta ti, cae de rodillas e inmóvil, ora.

Prueba la profundidad del agua con tus pies y no saltes si es muy honda; a menos que sepas nadar bien. Si tienes algún problema con alguien, recuerda que se necesitan dos para pelear. Reconoce tu error antes de fijarte en la falta del otro; a eso se refiere el mirar primero la viga de tu propio ojo.

Se rápido para oír y lento para hablar y nunca contestes sin escuchar. Pon tu mente en las cosas duraderas, pensamientos indignos engendran acciones indignas. Trata de escribir tus errores diariamente y corregir aquellos que más se repiten.

No pienses dos veces antes de ayudar a alguien, nunca dejes de dar. Los años vienen y se van y no se pueden guardar. Lo único que se tiene es el momento, así que trata de vivirlo lentamente. Todo lo que quieres no puede ser siempre bueno, sé feliz sin lo que deseas.

Recuerda que no puedes cambiar a otros, pero tu cambio los puede inspirar.

Y por último, querido hermano, siempre recuerda que te quiero y estas palabras, que ojalá hayan significado algo, las aprendí todas de Jesús.


¡Feliz Cumpleaños!


Tu hermano Jay