martes, 22 de diciembre de 2009

LA VERDADERA LIBERTAD


Dios nos ha creado libres en todo el sentido de la palabra. Esto significa no estar sujeto al control de ningún otro; ser capaz de escoger por sí mismo. “Consecuencia” es el resultado de una decisión.

Una libertad sin ningún tipo de orden, límites ni educación, en la naturaleza de las consecuencias, genera lo que es conocido como “caos”: “Imprevisible comportamiento de un sistema o grupo. Estado de confusión total”.

Para permitirle a sus criaturas completa libertad, sin que éstas se hagan daño a sí mismas o a los demás y para que la consecuencia de la libertad de una no sea la esclavitud de otra; Dios, en su infinita sabiduría, creó también límites para esta libertad.

Entonces ¿será absoluta nuestra libertad, si está sujeta a un límite? Claro que es absoluta, porque aunque existe una línea divisoria entre una libertad que destruye y una libertad que edifica, Dios también nos ha dado libertad para cruzar esta línea.

Lamentablemente algunos hemos sido irresponsables y hemos abusado de nuestra libertad, trayendo consecuencias negativas para nosotros y los demás. Por este motivo fue que el Hijo de Dios murió en una cruz, para recibir las consecuencias de nuestra irresponsabilidad y para hacernos libres de las acciones que nos destruyen.

Sólo podemos obtener esta libertad cuando voluntariamente aceptamos el sacrificio del Hijo de Dios, porque somos libres también para rechazarlo o someternos a actuar dentro de los límites, que en su eterno amor, Dios preparó para que viviéramos en paz.

Con Jesús somos verdaderamente libres.

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