sábado, 4 de octubre de 2008

PON TU CORONA A SUS PIES

PON TU CORONA A SUS PIES
La mayoría de las personas que han sido dotadas con dones especiales y no muy comunes, muchas veces sufren del mal de la vanagloria. Durante mucho tiempo el enemigo me tuvo enredado en esa engañosa trampa. Me gustaba saber que podía hacer cosas que otros no, aunque ellos no lo supieran. Me llenaba de orgullo y arrogancia, como si mis dones no me los hubiera dado nadie. Hasta que un día Dios me mostró que no era más que polvo y que Él me había creado para su gloria y no para mi vanidad. Hasta el día de hoy el enemigo trata de engañarme y de quitarle la gloria al Señor, pero el Padre siempre me ayuda recordándome mi condición de pecador a través de su Palabra.
Los dones que Dios te dio al nacer, aun cuando creas que no tienes (pues todos tenemos) y los que te dio al recibir el Espíritu Santo; los logros que has alcanzado, las almas que has ganado, el tiempo que te has mantenido firme en la fe, son coronas que Jesús ha puesto con sus manos ensangrentadas, por los sufrimientos en la cruz, con amor y ternura sobre tu cabeza.
No permitas que el enemigo te enrede en la vanagloria y te haga creer que tú mereces el honor y el lugar que le corresponde a Dios. Toma la corona, el regalo que Dios ha puesto sobre tu cabeza y deposítala de rodillas a los pies de Jesús.

“No merezco tu corona, Señor”
Apo. 4;10,11
1Cor. 4:7

No hay comentarios: