sábado, 4 de octubre de 2008

LA LUZ ES LA CURA

La electricidad es lo que le da vida a una ciudad, si de repente ésta se queda sin su fuente de energía, se convierte un una ciudad fantasma. Puede estar en lo alto de un monte, pero ser invisible en la noche.

¿Qué crees tú que sucedería si una noche determinada al hombre que trabaja en un faro se le ocurre que no va a encender la luz? ¿Cuántos barcos y cuántas vidas se perderían azotados contra la roca? Porque la roca es Cristo, pero si la luz de su evangelio no alumbra a diario en el faro de la vida de los creyentes, muchos se estrellarán contra la roca que es Cristo, en el día del juicio final por no haber oído la verdad.

Si se descubre la cura contra el sida o el cáncer, estoy seguro de que la noticia daría una vuelta al mundo en sólo minutos, estaría en cada televisor, en cada periódico, en cada hogar. Pero es increíble como el antídoto que puede salvar al alma de la muerte eterna lleva más de dos mil años en la tierra y todavía hay rincones donde la noticia no ha llegado. Porque hay muchos como tú y yo que hemos creído, más a veces hacemos caso omiso a la gran comisión de predicar el evangelio.

No hace falta ir al África para ser un misionero, puede que el Espíritu Santo te necesite para predicar el Evangelio con tus acciones, en tu escuela, en tu hogar, en el hospital, en la cárcel o donde te encuentres.


“Deja que tu luz brille”.

Romanos 10:13-15
Mateo 5:13-16

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