sábado, 4 de octubre de 2008

EL HIJO DE DIOS

El hijo de Dios es…peregrino en este mundo, sin nadie que lo entienda, sin nadie que quiera ser como él…Maltratado por hacer el bien, escupido por decir la verdad, fatigado, echado en fosas y crucificado por amor a la humanidad.

El hijo de Dios…es fuerte cuando todos son débiles y es valiente cuando todos tienen miedo, sobresale por ser el más humilde entre la gente, y sus hermanos pueden ser contados con los dedos…No busca lo suyo, no tiene vanidad ni orgullo, no le desea el mal a nadie, no guarda rencores del ayer.

El hijo de Dios…perdona antes de ser herido, llora con el que sufre, es para todos un fiel amigo, muere por el que está perdido…No es atado por los bienes materiales, ni por las bellezas superficiales, cierra los ojos ante la tentación, huye a los deseos carnales.

El hijo de Dios…es probado en todo, pasado por el fuego y es como el oro, que aunque puede haber estado sucio, nunca se mezcla con el lodo… tiene tres mil amigos, cuando hay comida y milagros que ofrecer, pero cuando se encuentra moribundo en el madero, tan sólo uno de los diez leprosos, se lo viene a agradecer.

Si eres un hijo de Dios, y no te tratan como tal, revisa tus acciones, puede que algo ande mal, pero si con estas palabras estoy hablando de ti mi hermano, no desciendas de tu cruz, que antes del atardecer humano estaremos en el paraíso con Jesús…

Gracias a Dios por Jesús, el amado Hijo de Dios.

Mateo 17:14-15
San Juan 15: 17-19

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