sábado, 4 de octubre de 2008

HUBIESE LLEGADO MÁS TEMPRANO

Uno de mis momentos favoritos del día es cuando llega la noche y me acuesto a meditar y a hablar con Dios antes de quedarme dormido. Siento un gozo y una paz, que va más allá de todo entendimiento, al pasar esos últimos minutos del día con el Señor. A veces siento el fuego de su presencia tan cerca de mí, que no me quiero dormir y me gustaría quedarme así horas y horas.

Es ahí cuando pienso, ¿por qué demoré tanto en venir a acostarme? Hubiese llegado más temprano.

Eso fue también lo que me pasó el día que Cristo tocó la puerta de mi corazón y le abrí. Yo sé que Tú pensaste lo mismo Señor, ¿por qué no llegaste más temprano?

Muchas veces deseas hacer algo para Dios, quizás algo con tu familia o una meta personal, pero dejas esos planes y cuando al fin los realizas piensas… hubiese llegado más temprano.

Si tienes deseos de hacer algo con tu vida, no le temas al fracaso y sigue adelante. No te desanimes porque fracasar es no hacer algo y peor que un resultado negativo, es la incertidumbre de lo que hubiese pasado si te hubieses atrevido. No dejes que tu vida, especialmente la espiritual se quede con estas incógnitas. Dios tiene un plan grande para ti, no lo pienses más, el tiempo se acaba. Dios no está buscando campeones, sino cristianos que se atrevan.

“Atrévete a llegar temprano”

Pro. 8:17
Ecc. 12:1-6

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