miércoles, 17 de octubre de 2007

EL PODER DE LA ORACIÓN

El mismo diablo que se llevó a Jesús para tentarlo a la cima del gran monte donde se apreciaban todos los reinos del mundo, y le dijo al Señor que si se arrodillaba ante él todo sería suyo.

La misma serpiente antigua que le ofreció castillos en el aire a Eva te ofrece en un espejismo los placeres del mundo en esta era moderna, ya que no hay nada nuevo bajo el sol.

El enemigo quiere que te arrodilles ante el televisor, la radio, el internet, o el celular, porque según él, todo lo que ves ahí puede ser tuyo, pero mientras más obtienes, más te afanas y el peso del afán te postra lentamente hasta que estás de rodillas y no será fácil levantarte, encadenado a los placeres y a las modas de una sociedad global y pecaminosa.

Tu sitio no está en “Myspace”. Tu lugar está de rodillas solamente ante Dios en oración, para que te puedas parar valiente ante la tentación como lo hizo Cristo en aquel monte y responder. “Vete de mí Satanás, al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo servirás.”

Cristo sabe que el que se arrodilla ante el diablo corre el peligro de no volver a levantarse, pero el que se arrodilla ante Dios se levantará firme contra cualquier adversidad.

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