miércoles, 9 de enero de 2008

TE ATREVES

Cuando la lucha es difícil y se agotan mis fuerzas en medio de la batalla, cuando la prueba es dura y siento que no puedo más, levanto mis manos y me escapo de este mundo. Me imagino en el último día, contemplando el rostro de mi Redentor mientras mi cuerpo es transformado, un par de lágrimas ruedan por mis mejillas de gozo y al momento el Señor restaura mis fuerzas, mi fe, y mi esperanza en su amor.

Pero qué triste es pensar que muchos de los que aceptaron el llamamiento, se quedarán mirando al cielo y no entrarán, porque han ensuciado sus ropas.

Si tú eres uno de los que no estudia cuidadosamente, ni aprueba lo que el Espíritu Santo le dice a su iglesia acerca de la observancia de los mandamientos y los mira a la ligera, déjame preguntarte algo. Si alguien pone un vaso frente a ti y te dice que el líquido en su interior puede ser veneno, como puede no serlo y no hay manera de comprobarlo, ¿Si te invitasen a beber de él… te atreves?

Hay dos tipos de creyentes. Uno descuidado que toma el vaso y bebe y uno prudente que se abstiene. ¿Cuál eres tú?

Deuteronomio 30:29
Jueces 7:4-7

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