miércoles, 9 de enero de 2008

NO SEAMOS CONFORMISTAS

La Palabra dice que el que busca a Dios como al oro le encuentra.

Yo no sé si tu has visto a alguien buscando oro, pero ten algo seguro, nadie que haya dejado padre, madre, mujer, familia o amigos en busca de oro va a dar dos picotazos en la piedra, o a excavar dos pies bajo tierra y darse por vencido; si algo de sabiduría hay en él.

Si alguno llegase a encontrar una pepita de oro ¿se conformará con aquella pepita? ¿Volverá a su nación de la cual salió en busca del precioso metal, conforme? Más bien buscará y cavará más profundo en aquel sitio y volverá a su lugar lleno de riquezas. O si alguno recibiere una herencia de su padre, en su mano el mapa y la llave de un tesoro escondido en su propiedad. ¿No trabajara día y noche el hijo hasta encontrarlo?

Nuestra heredad es Dios. Él es nuestro tesoro. ¿No vale más Dios que el oro? Entonces por qué muchas veces nos afanamos por nuestras posesiones y nos conformamos con nuestra vida espiritual. Pensamos “hasta aquí está bien o como fulano me conformo”.

Mi hermano… nunca está bien, día a día hay que buscarle más. No trabajemos por la comida que perece, sino por la que para vida eterna permanece. Conformémonos con nuestros bienes materiales, pero nunca con los espirituales.

“Un cristiano que no avanza, es un cristiano estancado y un cristiano estancado está en peligro de muerte.”

Juan 6:26-27
Prov. 8:17-21

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