miércoles, 9 de enero de 2008

MANTÉN LA PUERTA ESTRECHA

Muchas iglesias están preocupadas con llenar templos y hacen cualquier cosa para que la gente vaya a sus cultos.

Un compañero de celda me contó que cuando él estuvo en la prisión, un grupo de llamados cristianos se juntaban a predicar en una mesa, en esta prisión había un muchacho joven y que se la pasaba todo el día con los ojos pegados a revistas pornográficas; como el joven no tenía intención de escuchar el evangelio, pero lo querían en la mesa de todas formas, le traían una revista pornográfica para que no se moviera de allí.

Puede que la anécdota sea algo grotesca, pero es real. Muchas veces los creyentes están tratando de llenar lo templos con métodos que parecen más inofensivos, pero son igual de desagradables ante Dios, para que su doctrina sea más llamativa a los ojos del mundo; para atrapar a las masas en su congregación. Ven a la iglesia con los ojos del asalariado, si el producto no da negocio; lo ponen o lo quitan.

No es malo predicar el evangelio de formas innovadoras. Lo malo es salirse de la doctrina y la estructura que el Señor Jesús deja para su iglesia.

La gran comisión no es llenar templos, sino predicar el evangelio en todo el mundo, y enseñar a toda criatura a guardar los mandamientos de Dios.

“Si tú entraste por la puerta estrecha, no la agrandes para otros”.

Colosenses 2:6

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