martes, 24 de julio de 2007

OVEJITA, ESCUCHA LA VOZ DEL PASTOR

Hola joven, te saludo en el nombre de Jesús, y en su nombre te mando un cordial abrazo. ¿Te acuerdas de mí? Soy el preso # 060075069, por gracia y a través de la fe en nuestro Señor hijo del Dios viviente, discípulo de Jesús, preso en la carne, libre en alma, corazón, y mente. Confiando plenamente en Dios, que Él usará mi transformación y mi testimonio, para tu transformación y tu propio testimonio.

Hemos visto en las cartas anteriores, lo que es el toque de Dios: Carta a mi padre (El Arma Secreta.) éste podemos hacerlo facil o dificil, podemos intentar pelear contra el toque de Dios. Yo mismo luché años contra ese toque, llegué al punto en que no podía entrar a la iglesia, por temor a llorar y a que mi corazón fuera quebrantado… ¿a que mi corazón fuera quebrantado? Efectivamente, yo estaba luchando contra el toque de Dios, al punto de que escuchar una alabanza, una oracion, o cualquier cosa donde sintiera el poder de Dios era para mí como si me echaran agua hirviendo, tenía que salir corriendo. El enemigo me hacía sentir que yo era muy malo para Dios, que no lo merecía, y que si oraba, cantaba, o lloraba de alegría, era un hipócrita, porque volvería a pecar.

La realidad es que nadie merece a Dios y que todos somos malos, esto hace a la salvación un regalo tan precioso, porque no es porque lo merezcamos, sino que es por gracia. A veces sentía el toque de Dios de la nada y salían de mí un mar de lagrimas, me preguntaba: ¿Por que a mí? Le decía llorando a Dios: ¿Por qué me amas y me vienes a buscar a mí de esta manera, a mí que tan indigno soy? Pero seguía luchando contra su llamado, mi orgullo y mi egoísmo tenían a mi ser atado, encarcelado. El señor me puso señales de advertencia por todos lados, pero como muchos de nosotros, no supe leerlas. Asi fue que cierta noche caí preso. Para ser sincero, yo más bien diría así fue que obtuve mi libertad.

Mientras más rápido nos damos cuenta de que no somos nada, y de que no nos podemos valer por nosotros mismos, de que no podemos tener el control de nuestras vidas, y le decimos a nuestro Señor Jesús que sea el capitan de nuestras vidas, más fácil nos hacemos las cosas. Cuando Dios dice sí, es sí y cuando dice no, es no. La voluntad del Señor es que todo el mundo sea salvo, pero Él conoce a sus ovejas. ¿Qué quiere decir esto? Que no es casualidad que tú estés leyendo o escuchando esto en este momento. La casualidad y la suerte son un invento del diablo, para que el mundo se burle de Dios. Porque, ¿quien soy yo, para escribir acerca de sus misterios? ¿Y quien eres tú para leer y entenderlos? “Porque Él conoce nuestra condicion; acuérdase que somos polvo. El hombre, como la hierba son sus días, florece como la flor del campo. Que pasó el viento por ella, y pereció: y su lugar no la conoce más”. Salmo 103:14-16.

Somos polvo, no somos nada. Si algo pasa no es por casualidad, es porque el Señor lo permitió. Considérate afortunado de tener ten cerca la Palabra de Dios, puede que tú sin saberlo al igual que yo una vez no lo supe, seas una oveja extraviada, anímate, estás oyendo la voz del pastor. “Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas”. San Juan 10:14-15 Ovejita, ovejita ¿te has extraviado y te has adentrado en un bosque oscuro? ¿Caíste sobre la zarza? ¿Te has enrredado? Ya no luches más por ti misma. Quédate quieta y escucha la voz del Pastor y cuando éste te llame no trates de huir porque estás encerrada y te vas a herir. Tan sólo conseguirás que las espinas se claven más profundo en ti. Dile heme aquí, y deja que Él sea quien te saque de la boca del lobo y no sufras más. No pelees contra su llamado. “No me elegisteis vosotros a Mí, mas yo os elegí a vosotros; y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis del Padre en mi nombre, Él os lo dé”. San Juan 15:16.

Ovejita, ya no pelees contra el llamado del Pastor. La voluntad de Dios no es que suframos, Él no es un Dios que se goce en nuestro dolor Él se goza en el cambio que el dolor produce en nosotros, tú puedes decidir en cierta forma cuánto quieres sufrir. ¿Tú puedes decidir cuánto sufrir? “Ninguno puede venir a Mí, si el Padre que me envió no le tragere; y yo le resucitaré en el día postrero.” San Juan 6:44 ¿Qué dice el Señor? “Si el Padre no le trajere.” No dice; invitare, convenciere, ni pidiere. Dice trajere. En otras palabras, Él no quiere que estés enfermo, pero si enfermo vienes a Él, enfermo vas a estar. Él no quiere que llores, pero si llorando vienes a Él, llorando vas a estar. Él no quiere que estés preso, pero si preso vienes a Él, preso vas a estar, y no sólo una vez, sino las veces que sean necesarias. “Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a Mí, si no le fuere dado del Padre.” Cuando nos damos cuenta de que solos no podemos, cuando somos quebrantados, y nuestro mundo se viene abajo por no querer escuchar su voz. Cuando nos rendimos al Pastor, comienza entonces el segundo paso o la segunda etapa, la transformacion, como vemos en la carta: Libertad.

Cuando respondemos al llamado de Dios, y somos transformados, tenemos que estar esperando y preparándonos para la prueba ésta puede aparecer de forma inmediata y notoria, o de una manera pausada y sutil, pero ahí está, y si no ha llegado por ahí viene. Muchas veces pensamos que una vez que aceptamos a Jesús en nuestro corazón, o cuando recibimos el Espíritu Santo o firmamos como discípulos de Cristo, quedamos libres de pruebas, y éste es un grave error. Cuando comenzamos el camino cristiano, es ahí donde comienza la verdadera batalla, y tenemos que llenarnos de la Palabra de Dios, y meditar en ella noche y día, para salir victoriosos. Dios nos permite que atravesemos por la prueba, pero en ella nos da también la salida. “No os ha tomado tentación, sino humana: mas fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis llevar; antes dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” 1 Corintios 10:13.

Mis hermanos, la bolsa de trucos que tiene el enemigo es pequeña. Pero Él ha aprendido a usarla a la perfección. El Señor nos provee con la salida, pero ¿donde encontraremos esta salida? En la Palabra de Dios como podemos leer en las cartas:
-Qué le esta pasando al pueblo de Dios.
-Joven, ¿has leído la Biblia hoy?

“Jesús dijo: Yo soy el camino la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” San Juan 14:6. Jesús es la Palabra viva de Dios, abrirle tu corazón significa abrirle tu corazon a la Palabra de Dios. ¡Ovejita, escucha la voz del Pastor. Amén!

1 comentario:

Jason dijo...

Mi niño hermoso, que feliz soy de ver lo que Dios esta haciendo contigo, estoy muy orgullosa de ti, que el Señor te bendiga, mami.